El suave aroma de la glicina me acaricia,
acompaña mi nostalgia.
Siento su amistad en mi ser.
El fantasma de días alegres y felices
se desliza por los toboganes de sol de su ramaje
y corre a esconderse en las sombras vecinas.
En tardes como esta, en esa esquina del jardín nos amábamos.
Nuestras voces y risas trepaban por las ramas de la glicina.
Sus luces y sombras cobijaban nuestra felicidad.
Y como hoy, ella esparcía su aroma sobre nosotros.
Aroma de glicina, eres más perdurable que el amor.
Tu sigues estando presente en mi vida,
del amor solo queda recuerdo y nostalgia.
Ramonita R.
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